Bullying: ¿Cómo saber si tu hijo esta siendo víctima de algún episodio?
Cuando el bullying es en la escuela, los padres se sienten perdidos al no saber actuar, aquí lo que puedes hacer para ayudar a tu hijo
La escuela es el lugar de enseñanzas y aprendizaje donde su hijo esta gran parte de su tiempo, por lo que debe ser un entorno en el que se sienta seguro.
Sin embargo, en ocasiones los Centros Educativos pueden convertirse en el principal escenario de actos violentos que gran parte de las víctimas callan por temor a venganza.
Tanto el maltrato físico cómo psicológico son capacesd e afectar su rendimiento academico, su salud física o emocional.
Desgraciadamente, este tipo de comportamiento es cada vez más frecuente.Incluso, se empieza a ver ya desde los grupos en clase donde los niños tienen entre 3 y 6 años de edad. En este sentido, es muy importante estar prevenidos y saber detectar los principales síntomas de alguien que sufre bullying pues, a menudo, pueden pasar totalmente desapercibidos. En este artículos, enumeramos los signos o cambios en el comportamiento más frecuentes.
TIPOS
Psicológicos y/o Verbales: Insultos, burlas y continuas humillaciones que denigran a la víctima. Como resultado, la autoestima acosado se va deteriorando, aislándolo poco a poco de su mundo y convirtiéndolo en alguien con menos recursos para resolver sus problemas.
Social: Implica el aislamiento gradual de los jóvenes de su entorno a través de comportamientos que lo alejan de las actividades o los planes en grupo. No se permite la participación en los juegos, no le invitan a cumpleaños, encuentros fuera del ámbitos académico, las conversaciones...;
Físico: Se considera agresión física cualquier acto que implique una intromisión en la integridad física del otro: puñetazos, pinchazos, bofetadas y golpes, incluso de manera indirecta. Asimismo también es común el robo o destrucción de pertenencias personales.
Los papás somos los expertos en nuestros hijos y, por ende, los más capacitados a la hora de ver cambios en ellos que puedan indicar que algo va mal. La observación constante del comportamiento de nuestros hijos nos va a alertar de cualquier situación que no sea favorable para su crecimiento y desarrollo, y nuestra obligación es intervenir tan pronto como sea posible si notamos que hay bullying.
Así pues, debemos tener muy presente que cualquier cambio repentino en la conducta de nuestros hijos puede ser un claro indicio de una situación perjudicial que debe ser tratada en familia y solucionada, incluso con la ayuda de especialistas. Los cambios más frecuentes que podemos observar en niños que están siendo víctimas de bullying pueden darse tanto a nivel físico como psicológico.
SEÑALES DE ALARMA
Lo primero que debemos saber antes de conocer algunas características que podrán ayudar a los padres u otras personas a detectar si sus hijos pueden estar siendo víctimas, es que el acoso escolar puede ser padecido por cualquier niño. A pesar de los datos son desmotivadores, existen todavía formas de diagnóstico, señales que pueden ayudar a identificar cuando un niño está sufriendo un caso de acoso.
Cambios en el comportamiento y/o características: estos cambios pueden ocurrir de repente o de forma lenta y gradual con el tiempo. Un niño que antes tenía una personalidad abierta y comunicativa ahora puede comportarse de manera introvertida o evitativa, con mal humor, agresividad, irritabilidad, tristeza, y signos preintencionados de ansiedad. Debes saber que estos cambios repentinos son provocados por causas como asistir a clase o poner excusas frecuentes para no asistir a la escuela. Esto se debe a que estos pueden indicar la presencia de un problema, aunque en esta cuestión es mejor asegurarse de la raíz de este comportamiento, para descartar que se trate de comportamientos propios de la edad.
Sueño: Observa si tu hijo tiene problemas para conciliar el sueño, tiene pesadillas, evita dormir más de lo habitual o duerme demasiado.
Alimentación: Pérdida de apetito, rechazo a la comida, síntomas de anorexia...
Síntomas psicosomáticos: Dolor de cabeza, dolor de estómago, fiebre, ansiedad, incomodidad al despertar dificultad para respirar, vómitos, tensión nerviosa, temblores, etc. Generalmente, en estos casos, los síntomas desaparecen al final de la semana y el domingo o a la vuelta de vacaciones vuelven a aparecer.
Cambios en el rendimiento escolar: calificaciones inferiores a las normales, dificultad con la tarea o el trabajo escolar, olvido de las responsabilidades escolares.
Signos de agresión física: Marcas, moratones, rasguños, golpes nuevos o que se aprecian de manera continua.
Cambio Social: Ya no quieren relacionarse con otras personas, van a la escuela y se limitan a realizar las actividades académicas pero no se quedan después de clases ni más tiempo del necesario.