17.06

VILLA NUEVA - CBA

Carta abierta de un hincha

Argentina salió campeón del Mundial de Qatar 2022. Ganó su partido ante Francia en una sufrida tanda de penales. Lionel Messi pudo levantar la Copa de Mundo después de 5 intentos, la Selección Nacional consiguió su tercera estrella.

Argentina salió campeón del Mundial de Qatar 2022. Ganó su partido ante Francia en una sufrida tanda de penales. Lionel Messi pudo levantar la Copa de Mundo después de 5 intentos, la Selección Nacional consiguió su tercera estrella. Julián Silvano escribió esta carta sobre el domingo y todo el proceso del seleccionado. 

"Son casi las 12 de la noche del domingo 18 de diciembre de 2022. Ya pasaron casi 12 horas del comienzo del partido, casi 9 del penal que desató todo lo que ya conocemos. Todavía no logro entender qué pasó. Todavía me duele la cabeza de tanto gritar, de tanto cantar, de tanto sufrir. Creo que nunca pasé por tantos estados en tan poco tiempo. Probablemente fueron los 120 minutos más desgastantes de mi vida. Y yo no sé si me voy a poder recuperar de tanto estrés, de tanta agonía, de tanto pensar, pero sé que estoy feliz, y es lo único que me importa.

El partido realmente fue de película, actuada por los mejores jugadores. Lo que jugó la Selección Argentina fue exquisito, fue de verdaderos guerreros. Más allá de los dos empates, de todas las llegadas francesas, los 11 de celeste y blanco jugaron de tal manera, que siempre nos hicieron creer que la íbamos a ganar, y así fue, tuvieron razón.

Argentina es jugar todo el tiempo con el cuchillo entre los dientes, sabiendo que cada disputa vale. Por momentos intento recapitular lo que fue esta final. Con un primer tiempo excelente, con un segundo bastante bueno, pero que terminamos sufriendo. Los goles de Messi y Di María desencadenaban una fiesta, hasta que llegó el primer empate de los franceses. No podía creer lo que estaba viendo, no creía lo que sentía porque era muy difícil de sentir. Con el segundo gol de Messi, a los 115 minutos, todo era alegría otra vez, las lágrimas ya estaban por salir. Sin embargo, otro empate de Mbappé desmoronó todo.

Llegaron los penales y, en medio de lo irreal, algo me hizo pensar que la íbamos a ganar. No sé qué fue, no sé qué fue lo que lo ocasionó, pero sé todos pensamos lo mismo: Dibu Martínez, otra vez como estrella. No nos equivocamos, él no se equivocó, él fue la estrella otra vez.

Creo que sufrir ya forma parte de nosotros, que nosotros sabemos jugar con el sufrimiento. Decían que si no sufriamos no valía y que nacimos para sufrir, yo creo que sufrimos por naturaleza propia. Pero no un sufrir malo, sino ese sufrir, que refleja que ante cada adversidad, siempre salimos adelante. Que a nosotros nunca nadie nos regaló nada, y que siempre supimos ganar y ser los mejores. Quizá estemos destinados a sufrir por siempre, pero por lo menos ya estamos acostumbrados. 

Lo que se vivió en esta final fue algo increíble, fue jugar con corazón, con cabeza, con familia, con amigos, con más de 47 millones de argentinos atrás. Los que defendieron los colores de nuestra bandera, se han ganado un lugar en la historia.

Y si tanto recordamos a Menotti con su selección del 78 y mucho más a Bilardo en el 86, Scaloni no se merece menos. El ‘joven inexperto’, que nunca había dirigido en primera, que tenía pocos partidos como jugador en la selección, que nunca jugó en un club grande, fue el encargado de volverse eterno. Porque si la escuela de Menotti se caracterizaba por jugar bien por sobre todas las cosas, y la elegancia del juego, y la de Bilardo por ganar como fuera, y hacer todo lo que haga falta por ganar, la de Scaloni también se caracteriza por algo en particular. 

Creo que la escuela de Lionel Scaloni se puede describir, en simples palabras, en un juego colectivo con coraje. El coraje es lo que realza de esta selección, porque no importa quién esté en cancha, uno ya sabe todos van a dar el 110% de lo que tienen. Que en cada pelota dividida, van a ir a chocar como si fuera la última; que en cada chance al frente del arco, van a petear como si fuera la última; que en cada retroceso, van a barrer como si fuera la última; y que en cada llegada del rival, van a defender como si fuera la última. Argentina juega todo el tiempo así: intensa, rápida, agobiante. Siempre como si fuera el último partido, tal como jugamos en la final del mundo.

Al final todo se cerró de forma hasta ‘poética’. Todos estos años, de 2006 hasta acá, se dijeron muchas cosas, se atentó muchísimo contra una selección de fútbol. Periodistas, celebridades, personas de exposición pública, se cansaron de criticar, atacar, y denigrar muchos de los nombres que nos representaban en casi todas las competiciones de este deporte. Que no sentían la camiseta, que no cantaban el himno, que no ganaban nada, que en los partidos chivos se achicaban, que sólo jugaban bien en Europa, ¿cuántas veces hemos escuchado estas y tantas frases más en televisión, radio y diarios? La lista es interminable. Sin embargo, Scaloni, Messi, Dibu Martínez, Di María, De Paul y compañía, otra vez más, cerraron bocas. Al final, se dió una justicia divina.

A todos aquellos 'cipayos' -como se dice ahora- que criticaban y criticaban a casi todos los integrantes de nuestra selección, a todos aquellos periodistas que exponían editoriales y columnas repletas de odio sin fundamento, a todos aquellos que aprovecharon el partido contra Arabia Saudita para volver a lo que siempre fueron, quiero darles la bienvenida, la bienvenida a la felicidad de todos nosotros que siempre apoyamos a nuestra selección, que siempre dimos la cara por ellos, que siempre alentamos, y que siempre creímos. Quizá les cueste subir al barco, pero todavía hay lugar. 

Y ahora, ¿qué queda? ¿Qué sigue? ¿Qué más podemos pedir? Si ya se nos dió, la alegría está en casa, está en la calle, está en mí, está en vos, está en el otro, hoy todos somos felices. Quizá por fin podamos crear la imagen de Messi que realmente se merece, la de un prócer, la de un jugador que se tuvo que ir a España con 9 años pero que siempre quiso jugar para Argentina y que siempre quiso conseguir algo con esta camiseta. Y que no importaba cuánto tenía que pasar, cuánto tenía que soportar, él, a pesar de todo, siempre seguía, siempre intentaba. Él sabía algo.

Porque perdimos finales en Brasil 2014, Chile 2015, Estados Unidos 2016, quedamos afuera en Octavos de Final, Cuartos y hasta Semis. Pasamos por todo, jugamos todo, sufrimos todo, y sin embargo, esta vez nos volvimos a ilusionar. Nos volvimos a ilusionar porque sabemos que hay con qué, porque nos guía el mejor jugador del mundo, tal vez de la historia, porque tenemos base, tenemos presente, y tenemos futuro. Nos volvimos a ilusionar porque nos lo merecíamos, y esta vez tuvimos revancha.

Recordando a uno de mis ídolos, nada es casualidad. Sé que tuvimos que pasar por todo esto para llegar a la tercera. Sé que es por algo, no sé bien qué es exactamente, tal vez no se pueda explicar hoy, pero algo hay. Tarda al llegar y al final hay recompensa, decía Gustavo Cerati, y hoy lo creo así. Solo nosotros sabemos por cuánto pasamos todos estos años en todos los ámbitos, y solo nosotros sabemos qué tan felices somos. Que no nos intenten bajar, esta es nuestra fiesta. Ellos se lo merecen, nosotros nos lo merecemos.

De verdad muchas gracias, a todos los jugadores y cuerpo técnico. Esto es un antes y un después en la historia de nuestro país, han cambiado vidas, nos han hecho felices, nos han hecho llorar. Pero por sobre todas las cosas, nos hemos vuelto a ilusionar, y es muy valioso. De verdad muchas gracias".

- Julián Silvano, para Radio Regional (Villa María) y La Posta Digital.

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