Próximos pasos
A partir de este acuerdo, la provincia de Córdoba implementará una agenda de trabajo que incluye el monitoreo de biodiversidad en los remanentes de caldén y el relevamiento de productores y campos en la zona. Una de las acciones más importantes será declarar como Áreas Productoras de Semillas Nativas (APSN) los relictos de caldenal para poder cosechar y garantizar la preservación del patrimonio genético cordobés.
El plan contempla, además, la producción de ejemplares de caldén con genética cordobesa específicamente para proyectos de restauración ecológica, así como la instalación de cartelería vial, informativa, normativa y educativa en toda la región, para concientizar a la población sobre su importancia.
El convenio establece una alianza estratégica que involucra a los organismos ambientales de las tres provincias, gobiernos locales, la Universidad Nacional de Río Cuarto, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Provincial de Córdoba, la Universidad Nacional de La Pampa y el Banco Nacional de Germoplasma de Neltuma.
A través del Ministerio de Bioagroindustria de Córdoba, la provincia comprará semillas de caldén al Banco de Germoplasma de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC y producirá plantines en los viveros de la red provincial.
Estos ejemplares serán entregados a productores agropecuarios ubicados dentro del Corredor Biogeográfico del Caldén. Aquellos productores que incorporen caldenes en sus establecimientos dentro del corredor podrán acceder a certificaciones de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPAs).
El Corredor Biogeográfico del Caldén
En el sudoeste cordobés existe desde 2003 el Corredor Biogeográfico del Caldén, un espacio protegido que abarca 665.000 hectáreas de tierras privadas en el Departamento General Roca. Este corredor alberga la Reserva Forestal Natural Estancia Ralicó y constituye un bastión fundamental para la conservación de esta especie única.
Los caldenales representan la formación boscosa más austral del Espinal argentino. De las vastas extensiones que cubrían la región en tiempos precolombinos, hoy solo sobreviven 50.000 hectáreas en Córdoba, concentradas principalmente en dos núcleos: un conjunto de 40.000 hectáreas en las pedanías El Cuero y Jagüeles, y un relicto de 10.000 hectáreas que bordea el río Popopis.
Para los pueblos que habitaron estas tierras, tanto las comunidades hispano-criollas como las mapuches-ranquelinas, el caldén fue una especie sagrada, aprovechando sus frutos y su generosa sombra.
Hoy, el Corredor Biogeográfico tiene la misión de proteger estos últimos vestigios de los bosques del Espinal, preservando no solo una especie única en el mundo, sino también un patrimonio natural y cultural irreemplazable que conecta a los cordobeses con sus raíces más profundas.