La actividad deportiva ocupa un lugar importante en la vida de las personas. El sector, busca responder a esta fuerte demanda tras el tiempo de pandemia, donde cerraron 850 gimnasios en todo el país.
El 2020 fue un año caótico para todos ya que la población mundial experimentó la vivencia de una pandemia. Esto significó un desequilibrio mundial, no sólo en la salud, sino también en lo político, económico, psicológico, entre otros.
El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) consistía en permitir la circulación de los denominados "trabajadores esenciales" y mantener abiertos algunos comercios, como supermercados, autoservicios, farmacias y ferreterías, e industrias, como la alimenticia. Pero no los centros deportivos.
Los efectos del aislamiento impactaron de manera crítica en el rubro, ya que fueron los primeros locales en cerrar sus puertas y los últimos en volver a abrirlos. Esos 14 días que prometieron al principio se terminaron convirtiendo en aproximadamente cuatro meses en donde la gente solo salía de su casa en casos excepcionales o de emergencia, por lo que algunos se vieron en la obligación de buscar alguna otra alternativa para no caer en el sedentarismo.
Boom inesperado
Entre las opciones más comunes se encontraban las clases virtuales, tanto pregrabadas como en vivo, en donde el profesor brindaba una clase a través de un video o videollamada; también las personas recurrían a seguir un plan de ejercicios adaptados para realizar en casa utilizando objetos domésticos; la adquisición de maquinarias, pesas o cualquier equipamiento deportivo y el entrenamiento autónomo fue otra de las opciones.
El movimiento se masificó entre las personas más habituadas al ejercicio diario y entre quienes, aburridos en la cuarentena, encuentran en la actividad física en casa una excusa para pasar el tiempo.
El profesor a cargo del gimnasio de un club porteño, Emiliano Larrarte, en diálogo con La Nación explicó: "Las ventajas de hacer actividad física son conocidas, pero en este contexto donde el encierro es un factor negativo para la mente, liberar endorfinas con el ejercicio es una ayuda importante para poder sobrellevar la cuarentena”.
De esta manera, se iba sumando mucha más gente y los gimnasios tenían cada vez más seguidores. Estaban viviendo un boom virtual que nadie esperaba.
Sin embargo, advertían que la cuarentena estaba amenazando su negocio, algo debían hacer.
Proyecto “servicio esencial”
Luego de más de 170 días de cuarentena, los gimnasios se encontraban en una situación de total desesperación, por lo que los dueños no se quedaron callados y pusieron distintos proyectos en la mesa.
La senadora nacional, Silvia Elías de Pérez había pretendido convertir a los gimnasios en una actividad esencial. Según la funcionaria su "aporte y contribución al bienestar físico y psíquico de toda la población" lo convierte en una tarea necesaria.
"Sabemos del esfuerzo que está realizando el Estado Nacional y por la situación la Argentina está atravesando, sin perjuicio de ello, entendemos que es sumamente necesario que los gimnasios deportivos sean declarados como servicio esencial para aquellas personas que, bajo prescripción médica, deban atender determinadas patologías relacionadas las enfermedades crónicas no transmisibles, rehabilitación física y psíquica", finalizó en la presentación de su proyecto.
Y a partir de acá, todo cambiaría. Los gimnasios comenzaron a abrir sus puertas de a poco, con varias medidas condicionantes, algunas de ellas son:
A fin de cuentas, los gimnasios habían vuelto a abrir sus puertas después de catastróficos meses, para dar inicio a lo que sería el auge del fitness.
Números
De acuerdo con las estadísticas del año 2017 de International Health Racquet & Sportsclub Association (IHRSA) para Latinoamérica, en Argentina había en funcionamiento alrededor de 7900 gimnasios y clubes deportivos a los que asisten alrededor de 2,8 millones de personas, que representan 6,8% de la población total del país.
Según una encuesta realizada por Mercado Fitness a un mes de comenzar la pandemia, un 3% de los gimnasios consultados había confirmado su cierre permanente durante abril, mientras que otro 2% dijo que acababa de cerrar su negocio o estaba a punto de hacerlo a fines de mayo.
En base a esos números el relevamiento infiere que en abril se cerraron nada menos que 240 locales y en mayo otros 160. Esto da una alarmante cifra de 400 centros de ejercitación cerrados en dos meses.
A pesar de estas adversidades, el sector ha demostrado una notable resiliencia. Según la Cámara Argentina de Gimnasios (CAG), la asistencia a los gimnasios aumentó en un 7% desde 2019 hasta 2022. Esto se traduce en tres millones de personas en todo el país y cerca de 680 mil en la ciudad de Buenos Aires. Cabe destacar que estos números pueden no ser totalmente precisos debido a la limitación de algunos gimnasios en cuanto a contar con molinetes y sistemas de registro.
Es importante subrayar que, en el mismo período, la CAG estima que aproximadamente un millón de personas comenzaron a realizar actividad física, tanto en instituciones, como en plazas y hogares, representando un aumento del 2%.
Según la Agencia Gubernamental de Control (AGC), que depende del Gobierno de la Ciudad, hubo 63 nuevas habilitaciones en el rubro: 30 en 2020, 21 en 2021 y 12 hasta junio de 2022 (sin contar las pendientes de resolución). Desde la entidad remarcan que como el trámite suele demorar varios meses, puede verse impactado más tarde.
Por otro lado, desde la CAG estiman que la cantidad de gimnasios cerrados a causa del Covid-19 son más de 850.
Villa María
En la ciudad de Villa María la vuelta a los gimnasios había llegado a mediados de agosto del 2020, pero con una sola modalidad aceptada: la calistenia.
La reapertura había sido confirmada por el secretario de Gobierno de Villa María, Eduardo Rodríguez, en declaraciones al canal Uniteve de la Universidad Nacional de Villa María.
En la reunión entre autoridades municipales y representantes de la CAG se había acordado que estos espacios podrían abrir al público con "un protocolo que contiene aprobado la calistenia como actividad deportiva". Esta fue en primera instancia la única modalidad autorizada y los gimnasios tuvieron que presentar en los próximos días sus protocolos de cómo adaptaba su superficie y sus maquinarias para poder empezar con esta actividad.
Sobre la modalidad elegida, Rodríguez explicó que "la calistenia tiene que ver con el uso de la musculación y más que nada usar el propio peso de cada uno, con poca aparatología razón por la cual se permite esta actividad".
Poco a poco, la actividad fue volviendo a la normalidad junto con varias medidas mencionadas anteriormente, como el uso de barbijo y el límite de personas.
Sin embargo, hubo gimnasios que no pudieron aguantar las restricciones y no los quedó otra opción que cerrar sus puertas, como fue el caso de GO! Gym & Health o el Gimnasio Alcides Rivera. Pero estos son temas que se desarrollaran en la siguiente entrega.
Actualmente, Villa María cuenta con un total de 37 gimnasios: Afro Gym, AGP Training Gym, Area Fitness, Bronx Gym, Bulldog fitness/crossfit, Center Gym, Certus, Crossfit Hulk, Enjoy Cycling & Fitness Gimnasio, Espacio GO! Prado Español, Frecuencia Fitness Gym, Gimnasio Alcides Rivera, Gimnasio ATP, Gimnasio Endorfina, Gimnasio Fenix, Gimnasio GO, Gimnasio Oxígeno, Gimnasio Rosell, Gimnasio Rosell 2, Gimnasio Salud Integral, Gimnasio Silueta's, Gimnasio Soria, Gimnasio Sport Social Club, Gym Movement, Gym Pakhtun, Heed Physique, Haus Crossfit, Kairos Gim, Orkos Crossfit Villa Maria, Punto Trainer, Pura Energía - Fitness & Bienestar, Ripley, Stage Gym, Stylo Gym, Total Sport Gimnasio, Vitality y Zona Gym & Fitness.
Economía
Para comprender la complicada situación económica que atravesaba el rubro durante el aislamiento, el fundador y CEO de Megatlon, Fernando Storchi, en diálogo con La Nación explicó: "Los gimnasios son estructuras de costos fijos, y no abrir las puertas implica que los gastos bajen. El impacto de no recibir gente es muy fuerte y todos lo están sufriendo. Con likes y followers impactamos positivamente en la sociedad, pero a nivel de ingresos es cero, y estamos preocupados”.
Después de alcanzar un récord histórico mundial de US$95,000 millones en 2019, antes del impacto del Covid-19, la industria de los gimnasios experimentó una disminución del 40%, según la última investigación difundida por la IHRSA. En medio de la transformación de hábitos impulsada por el confinamiento, los proveedores de productos y servicios se vieron obligados a adaptar su oferta para satisfacer la demanda de usuarios que optaron por realizar actividades físicas en sus hogares en lugar de asistir a gimnasios.
Los proveedores argentinos especializados en la exportación de productos y servicios fitness ya habían logrado ingresar a los Estados Unidos y a países europeos, regiones que, según IHRSA, "lideran ampliamente esta industria". A pesar de ello, en cuanto a la cantidad de clubes de fitness, antes de la pandemia, Latinoamérica se encontraba en la segunda posición con 61,374, detrás de Europa que contaba con 63,644 y superando a Norteamérica, que registraba 47,957 locales, según el informe de dicha institución.
En Latinoamérica, la Argentina se erige como un referente sólido en esta industria en constante crecimiento. El experto en fitness, Guillermo Vélez, en diálogo con La Nación, resalta que, en medio de la crisis de contenedores y el aumento de fletes y demoras, la industria nacional ha demostrado calidad y bajos costos, abriéndose camino en el escenario internacional.
Este ascenso, respaldado por inversiones de pequeños empresarios locales con escaso respaldo estatal, se inserta en el contexto de la recuperación económica post Covid-19, según un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal). En dicho análisis se subraya la importancia de aprovechar el auge del comercio electrónico y digital durante la pandemia, donde los consumidores optaron cada vez más por realizar compras en línea de alimentos, productos electrónicos, muebles y equipos de fitness.
El licenciado en Educación Física y proveedor de equipamientos para gimnasios, Ariel Osso, en conversación con La Nación para la misma nota, resalta la demanda positiva de los países limítrofes, subrayando que, a pesar de la novedad de la industria en el país, la Argentina cuenta con productos destacados que compiten con los de origen chino. Sin embargo, señala la necesidad de tiempo y apoyo gubernamental para su pleno desarrollo. Además, destaca que, aunque la posición geográfica argentina puede ser una desventaja, la calidad de los productos puede imponerse en el mercado internacional. La relación entre el valor del dólar y el peso argentino es un desafío actual, afectando la competitividad en algunas líneas de productos.
Qué se exporta desde la Argentina
• Máquinas de musculación para gimnasios
• Equipos de fitness hogareño
• Accesorios de fitness grupal
• Elementos de boxeo y Crossfit (entrenamiento de fuerza)
• Videos y músicas para clases grupales
• Contenido digital de entrenamiento
• Equipos para rehabilitación
• Software para monitoreo de cargas
• Indumentaria deportiva
Tras la presión y la adaptación a nuevas modalidades de entrenamiento, los gimnasios lograron abrir gradualmente con medidas de seguridad. La iniciativa de declarar a los gimnasios como servicio esencial contribuyó a su reapertura.
A pesar de los desafíos económicos y las dificultades financieras, la industria del fitness ha mostrado resiliencia y crecimiento. La demanda de actividades físicas y la conciencia sobre la importancia de la salud impulsaron el auge del fitness.
Desde la perspectiva económica, la industria del fitness en Argentina ha mostrado una capacidad de adaptación notoria. A pesar de la disminución global del 40% en la industria de gimnasios, los emprendedores locales lograron expandirse a nuevos mercados y consolidarse en la región.
A medida que la industria se recupera y se adapta al entorno post-COVID-19, la exportación de productos y servicios fitness desde Argentina ha ganado impulso, destacando la calidad y competitividad de los productos locales en el mercado internacional. A pesar de los desafíos actuales, la perspectiva es positiva, con la industria del fitness posicionándose como un actor clave en la recuperación económica y el comercio internacional del país.
La pandemia dejó un saldo positivo: cada vez hay más personas haciendo actividad física. Lo que antes era una excepción se transformó en moneda corriente.