Falleció este martes en una residencia para ancianos en Toulon, ubicada en la costa mediterránea del sur de Francia..
Vivía en una residencia para ancianos de Toulon. Según informó la agencia de noticias AFP, el deceso ocurrió a las 2 de la mañana mientras dormía.
La monja francesa Sor André, reconocida desde abril del año pasado como la persona más longeva del mundo, falleció este martes, a los 118 años, en su residencia para ancianos de Toulon, ubicada en la costa mediterránea del sur de Francia.
Sor André había quedado ciega y estaba silla de ruedas, y desde hacía algunos años manifestaba cierto cansancio y confesaba que su deseo era "morir pronto". Pero "Dios no me escucha, debe estar sordo", había declarado la mujer en una entrevista en febrero del año pasado.
Nacida en el seno de una familia protestante no practicante, la religiosa tomó los hábitos tardíamente, en la congregación de las Hijas de la Caridad y trabajó hasta finales de los años 1970.
"Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hace vivir, pues trabajé hasta los 108 años", había expresado en aquella ocasión.
La larga vida de Sor André le permitió ser parte de acontecimientos significativos para la historia de la humanidad: vio pasar a 19 presidentes franceses, dos Guerras Mundiales y dos pandemias: la gripe española y el coronavirus.
De hecho tuvo covid, pero sin síntomas muy severos. “Ni siquiera me di cuenta”, contó en su momento.
Además, fue testigo de la invención de la radio y la televisión, de la creación de los antiobióticos y de la irrupción de la tecnología moderna.