Una muestra en barrio Residencial América dio como resultado 86.9 ppb, estando en la categoría roja.
El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) anunció el relanzamiento de su Mapa de Arsénico, una herramienta para monitorear la presencia de arsénico en el agua de diversas regiones del país. El estudio reveló datos en Villa Nueva y Villa María que muestra valores elevados de este componente.
Allí se elaboró un trabajo con 3 categorías: verde para niveles menores a 10 ppb (partes por billón), considerada como "agua segura"; amarillo para registros entre 10 y 50 ppb -considerados de precaución-; y rojo para las muestras que superan los 50 ppb, es decir, las que no se recomiendan consumir directamente o en cocción de alimentos.
Una muestra en barrio Residencial América de Villa Nueva dio como resultado 86.9 ppb, estando en la categoría roja. Por su parte, en la ciudad vecina hay valores en rojo (llegando a 300 ppb en un caso), amarillo y verde.
El IBTA explicó que la presencia de arsénico puede varias según la profundidad del pozo del cual se alimenta el domicilio, y que la contaminación por este componente es "natural e histórica", por lo que los valores cuantificados "no cambian demasiado con el tiempo".
En los casos de niveles mayores a 50 ppb, el Instituto recomendó: "no consumir para ingesta directa y cocción de alimentos. Reemplazar por otra fuente de agua segura".
La presencia de arsénico en aguas subterráneas de la Argentina en niveles superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud podría afectar potencialmente a más de cuatro millones de habitantes.
La ingesta sostenida en el tiempo de aguas contaminadas incrementa el riesgo de padecer un cuadro clínico tipificado como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE). Su falta de tratamiento genera patologías como el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y/o persistente y fibrosis pulmonar.